La historia de un lector: Editado por secretswingerlust.com.

En el bullicioso mundo de un sitio de citas de swingers de hoy en día, una pareja aventurera se embarca en un viaje al crudo reino de la dominación y la sumisión. El hombre, un veterano swinger de 42 años, recibe una invitación inesperada para un encuentro emocionante que cambiaría para siempre su percepción del placer y la excitación. Intrigado y emocionado, se sumerge en este tentador juego, descubriendo nuevos límites del éxtasis con dos mujeres asombrosamente hermosas. “Unleashing the Pleasure: An Evening of Dominance and Submission” es una emocionante crónica que explora las profundidades del deseo humano, la confianza y el electrizante mundo de las aventuras eróticas.

Capítulo 1. Una invitación provocativa

Era un martes cualquiera cuando ocupé mi lugar en el atractivo sitio de citas swingers, en busca de la pareja perfecta y aventurera. Mi bella esposa y yo anhelábamos una velada llena de escapadas sensuales el próximo fin de semana.

De repente, apareció un mensaje de un hombre, tentador con las palabras: "¿Estás tentado por un gangbang con dos mujeres jóvenes y hermosas?" Un instintivo "Por supuesto que lo soy" salió volando de mis dedos como respuesta. No tenía idea de los detalles del arreglo, pero ciertamente no era el tipo de hombre que dejaría escapar una oportunidad así.

No pude resistirme a alardear ante mi esposa de la extraordinaria oportunidad por la que yo, un hombre de 42 años, había sido elegido. Un gangbang palpitante con dos jovencitas. Dejó escapar una risa burlona y estaba casi tan emocionada como yo.

Abrí su perfil y descubrí que las dos chicas estaban en una relación swinger dominante, donde se excitaban al ser controladas y utilizadas por su amo. Sus jóvenes edades de 23 y 24 años eran evidentes, y su belleza irresistible.

La idea de que estas chicas estuvieran emocionadas por el mundo áspero y crudo encendió un fuego dentro de mí. Podía sentir cuán intensamente me excitaba.

Capítulo 2. Conociendo al Maestro

Un día después, llegó el siguiente mensaje de su Maestro. Era frío y autoritario. Debíamos encontrarnos en un cruce de caminos donde pudiera observar a las personas antes de que entraran en el dominio de las chicas. Se fijó una hora específica para la reunión, junto con instrucciones sobre lo que deberíamos llevar. Se nos informó que debemos mostrar respeto y adherirnos a ocho reglas cuando estábamos con las niñas. Además, se nos informó de las palabras seguras que se podían usar si la situación se volvía demasiado abrumadora para las niñas. También se nos informó sobre la duración durante la cual se podrían utilizar las niñas.

Todas estas reglas y pautas me hicieron increíblemente feliz porque podía sentir que no se trataba solo de satisfacernos a los hombres, sino de brindarles a sus chicas una experiencia fantástica. Respondí rápidamente, asegurándole que, por supuesto, cumpliría con todas las reglas.

Llegó el día y me senté al volante, conduciendo durante 90 minutos para llegar a nuestro punto de encuentro. A pesar de ser parte de la comunidad swinger durante muchos años con mi fantástica y joven esposa, y haber experimentado la mayoría de las cosas, todavía era la primera vez que iba a encontrarme con alguien en una calle abierta para participar en un gangbang con chicas que nunca había visto. antes.

Llegué al punto de encuentro demasiado temprano, ya que me había ido con mucho tiempo de sobra. No quería arriesgarme a perderme este travieso arreglo por llegar tarde. Cinco minutos antes de la hora programada, comencé a moverme hacia el cruce. Pude ver a otros cinco hombres parados alrededor de nuestro lugar de reunión acordado, y no había duda de que todos estábamos esperando lo mismo.

Era evidente que el Maestro había seleccionado hombres musculosos de entre 35 y 45 años, conscientes de su apariencia y con mucha experiencia para asegurarse de que no se pusieran nerviosos.

De repente, un hombre maduro salió de un complejo de apartamentos cercano. Su presencia emanaba una calma magnética y se acercaba a nosotros con paso seguro. Su mirada recorrió rápidamente nuestros rostros, como si necesitara confirmar si las imágenes en nuestros perfiles coincidían con la realidad. Posteriormente, comenzó a repetir las reglas del juego, con un énfasis significativo en asegurar que las chicas tuvieran una experiencia emocionante llena de placer. Como una pequeña nota al margen, reveló que una de las chicas había estado soñando con un gangbang en los últimos meses, pero este era su primer paso en este mundo prometedor.

Explicó la configuración, que difería ligeramente de mis experiencias anteriores. Las niñas debían tener los ojos vendados durante toda la noche y debían permanecer en silencio. Su única tarea era ser buenas niñas y entregarse al placer que se les daba.

No se trataba de quién realizaba las acciones, sino de que confiaran en que solo había invitado a personas de gran calidad. Una de las chicas había explorado previamente este mundo y se encendió con el trato crudo e intenso. Nos animaron a seguir sus deseos e incluso castigarla si no era “una buena chica”.

Ahora todos estábamos reunidos en medio de una calle bulliciosa, con la emoción palpable en el aire, mientras esperábamos que nos mostrara el camino hacia las dos chicas. Con un poderoso "¿Vamos?" puso rumbo hacia el complejo de apartamentos y nos condujo directamente a un apartamento más grande. En el centro de la sala, ahora se encontraban seis hombres vibrando de emoción. Solo una puerta nos separaba de las jóvenes e “inocentes”, quienes sin duda habían estado tan ansiosas y excitadas como nosotros.

Capítulo 3. Una noche de éxtasis

La ropa comenzó a caer al suelo, y de repente la puerta se abrió, revelando una habitación más grande. Allí estaban sentadas las chicas desnudas más encantadoras, con los ojos vendados en el suelo, frente a una cama enorme, sus cuerpos juveniles eran como el arte, adornados con hermosos senos y un botín perfectamente formado. Ambas chicas llevaban esposas, símbolo de su completa sumisión y voluntad de explorar los límites del placer.

La joven inexperta tenía el cabello oscuro y ligeramente rizado recogido en una cola de caballo, mientras que su esbelto cuerpo irradiaba el encanto de la juventud. Sus pequeños y firmes senos parecían destinados a ser acariciados por manos atrevidas, y sus glúteos estaban esculpidos y trabajados a la perfección.

Junto a ella se sienta la chica más experimentada, con su largo cabello rubio cayendo en cascada como hilos dorados alrededor de sus hombros. Sus pechos son como dos gotas perfectas que seducen la imaginación, y sus nalgas llenas tienen un encanto magnético del que no se puede escapar.

Con intenso deseo nos acercamos a ellos, y el hombre reiteró una vez más que debíamos tratar a la morena con sumo cuidado, ya que su nerviosismo era evidente en su cuerpo tembloroso. Sin dudarlo, me acerqué a ella directamente, sentado allí, abrumado por la emoción y la anticipación. Lentamente, me bajé frente a ella, tan cerca que nuestras respiraciones casi se fusionaron. Con voz susurrante, dije: "Debes ser una chica obediente".

Un profundo jadeo escapó de sus labios, y su cuerpo tembló con excitación nerviosa. Su mirada hizo que mis propios sentidos se estremecieran de deseo mientras dejaba que mi mano se deslizara suave y lentamente sobre su pecho, como un anticipo del éxtasis sensual que nos esperaba.

Un grito intenso salió de sus labios y su cuerpo tembló en una abrumadora ola de excitación. Su ser estaba envuelto en una intensa excitación que enviaba oleadas de placer a través de cada centímetro de su ser. Fue como si experimentara un orgasmo mental, creado por mis palabras y la tierna sensación de mi mano contra su piel.

Su cuerpo era como un cable electrificado, vibrando en éxtasis y anhelando más. Cada nervio en ella parecía despertar a la vida, bailando en armonía con sus fantasías más profundas. Fue una reacción instantánea e intensa, atestiguando la pasión que había ardido dentro de ella, ahora liberada con una fuerza abrumadora.

Me puse de pie con una mirada dominante, y mi mano agarró su garganta con firmeza, pero aún con respeto por las reglas. Con tono autoritario le pedí que abriera la boca y sin dudarlo introduje mi pene erecto en sus carnosos labios. Su boca se llenó de inmediato y pude sentir cómo luchaba por respirar. Lenta y decididamente, empujé mi pene profundamente en su boca y su pequeño y frágil cuerpo comenzó a moverse desesperadamente por aire. Mientras tanto, uno de los otros hombres había sacado un vibrador LELO y comenzó a jugar con su clítoris, enviando ondas de placer extático a través de su cuerpo y directamente en un orgasmo.

La habitación se llenó con una sinfonía de sonidos apasionados, mezclándose armoniosamente. La chica rubia y más experimentada era deseada por tres hombres a la vez, sus manos y labios exploraban su cuerpo con irresistible intensidad. Sus gemidos se hicieron más y más fuertes, llenos de deseo, quería más.

Mientras tanto, la chica de cabello oscuro estaba inmersa en una experiencia profunda e intensa. Mi pene estaba profundamente enterrado en su garganta, y ella luchaba por obtener suficiente aire para dejar escapar un grito cargado de orgasmo. La caricia del vibrador en su clítoris envió pulsos eléctricos a través de su cuerpo, y ella estaba en un estado de placer abrumador. Su cuerpo reaccionó a las intensas vibraciones y estuvo al borde de otro orgasmo.

Con un tirón rápido, retiré mi pene palpitante de su boca y un fuerte grito de emoción escapó de sus labios. Dejé que durara casi 30 interminables segundos, donde su cuerpo vibró y el sonido de su grito llenó la habitación. Pero no pude resistir el impulso de llenar su garganta de nuevo, así que empujé mi pene profundamente en su boca con fuerza. A pesar de sus reflejos nauseosos activos, le ordené que lo aceptara con dignidad, sin quejarse. Sin embargo, rápidamente me retiré porque tenía un plan para tomarla dura y brutalmente.

Le ordené que se pusiera a cuatro patas y su cuerpo juvenil y flexible se veía absolutamente deslumbrante en esa posición. Con juguetona provocación, dejo que mi pene circule alrededor de su coño mojado sin penetrarla. Su deseo se intensificó y anhelaba ser satisfecha. El sonido de un hombre eyaculando su semilla sobre la chica rubia llenó el aire y envió una ola de excitación extraordinaria a través de ella. Simultáneamente, agarré su garganta con firmeza, flotando en el borde entre el placer y la asfixia. Solo la excitó aún más, mientras se dejaba envolver por la atmósfera prohibida e intensa.

Con un firme agarre en su cola de caballo, tiré de su cabeza hacia atrás y empujé mi pene de 18 cm de largo dentro de ella. En un susurro bajo y sensual, le advertí que si tenía un orgasmo, sería castigada. Al mismo tiempo, su boca se llenó con el pene de otro hombre, penetrando profundamente en su garganta. Esta abrumadora combinación de placer y control hizo que perdiera cualquier forma de autocontrol, y su cuerpo se vio abrumado por un tercer orgasmo, que no pudo detener. Sus gritos de éxtasis llenaron la habitación mientras se sentía abrumada por la intensa experiencia.

Como un hombre que se mantuvo fiel a sus palabras, no podía ignorar su incumplimiento del acuerdo. Sin dudarlo, le di una bofetada fuerte y firme, y un firme agarre alrededor de su garganta como un recordatorio de su lugar. Mientras tanto, el hombre que había vuelto a penetrar profundamente en su garganta no pudo resistir la intensidad de sus orgasmos. Explotó en una cascada de cálido semen que llenó su garganta y la dejó abrumada por una mezcla de placer y sumisión.

Pude sentir claramente su coño apretándose alrededor de mi pene, y su cuerpo fue invadido por una ola de intensidad. Pero al mismo tiempo, su boca estaba llena de un pene que chorreaba, una mano alrededor de su garganta apretada y un agarre firme en su cola de caballo mientras continuaba follando su pequeño y apretado coño. La intensa combinación de información sensorial la envió a un orgasmo abrumador que la hizo colapsar como un trapo. Su cuerpo tembló y jadeó por aire, como si hubiera estado al borde del éxtasis por una eternidad.

El hombre que había organizado todo el evento sonrió satisfecho y se acercó a ella. Con voz firme, dijo: “Eres vergonzoso, contrólate. Tienes 2 minutos para volver a la normalidad”. Sus palabras fueron agudas y la dejaron con una sensación de humillación y un ardiente deseo de estar a la altura de sus expectativas.

Dirigí mi mirada hacia la chica rubia y noté cómo le había chupado la vida a los otros tres hombres. Su cuerpo satisfecho ahora yacía exhausto y contento como si hubiera tenido su parte de la experiencia. Su pecho subía y bajaba a un ritmo tranquilo, y una sonrisa de satisfacción bailaba alrededor de sus labios mientras disfrutaba del momento de silencio y satisfacción.

Me acerqué a ella y noté que su cuerpo estaba visiblemente cansado y usado, pero al mismo tiempo mostraba una obediencia impresionante y un carácter bien educado. Empecé a tocarla, pero no pasó mucho tiempo antes de que decidiera tomar el control y tomarla oralmente.

Ella era hábil y se las arregló para tomar mi pene hasta el fondo de su garganta con facilidad. Sus habilidades eran notables, y fue capaz de manejarlo casi sin problemas cuando comencé a follarle la boca. Después de unos minutos, el anfitrión me hizo una señal discreta y me dijo: "Dame un momento, luego te la follas". La agarró por el cuello y la condujo a la sala de estar, donde le ató las manos a dos mosquetones sujetos a la pared.

Ella había llegado a su límite exterior, y en un momento de dominio total él sacó un látigo. Con precisión y fuerza, le dio cinco fuertes golpes, dos en la espalda y tres en las bien formadas nalgas. Apenas podía contener el dolor y la lujuria, y estaba al borde del colapso.

Luego dio un paso atrás y me señaló con las palabras: "Destrúyela". Estaba listo para desempeñar mi papel. Inserté mi pene profundamente en su coño mojado y comencé a moverme con una intensidad y un ritmo que hizo que tanto ella como yo sintiéramos la pasión ardiente. Dio un paso más cerca y agarró su garganta con ambas manos, apretando con fuerza. Empezó a jadear para respirar, y su lucha por sacar suficiente aire para gritar se convirtió en parte de su excitación.

En un momento de placer e intensidad mutuos, se vio abrumada por el orgasmo más salvaje. Su cuerpo se estremeció y se tensó, mientras trataba desesperadamente de encontrar un equilibrio entre la respiración y el deseo interior de gritar que la atravesaba.

Después de este intenso orgasmo, estaba completamente agotada. El anfitrión nos miró a los hombres con una sonrisa satisfecha: "Gracias por esta noche, mis chicas no pueden más". Rápidamente nos vestimos y salimos del lugar. Salimos a la calle, desapareciendo en la oscuridad, en una mezcla de emoción y culpa como si acabáramos de hacer algo prohibido.

Capítulo 4. Consecuencias y revelaciones

De camino a casa, no podía esperar para compartir la intensa experiencia con mi esposa. La llamé con el pulso acelerado, ansioso por contarle sobre la noche traviesa que se había desarrollado. Traté de describir cada momento tentador, cada suspiro y cada gemido de éxtasis que llenaba el aire. Su respiración se volvió más pesada en el teléfono y me dio una respuesta sorprendente: lo encontró tan increíblemente travieso como yo. La tensión eléctrica entre nosotros aumentó y comenzamos a fantasear con futuras aventuras eróticas que podrían desarrollarse tanto solos como juntos.

El día después de la noche explosiva, recibí un mensaje de invitación en nuestro perfil de citas swinger que envió impulsos eléctricos de emoción y anticipación a través de mi cuerpo. El mensaje era nada menos que una invitación a entrar en su albergue secreto de gangbang, un mundo exclusivo de exploración sensual y lujuria que rompe los límites.

Mi corazón comenzó a latir más rápido y mis pensamientos se llenaron de fantasías sobre la próxima aventura. La idea de ser parte de esta experiencia intensa y cargada de erotismo hizo que mi pulso se acelerara y mi cuerpo temblara de deseo. Casi podía sentir la deliciosa e intensa energía que llenaría la habitación cuando todos nos reuniéramos para satisfacer nuestros deseos más profundos y desvergonzados.

Inmediatamente acepté la oferta, sabiendo que esta oportunidad era rara y extraordinaria. Ser reconocido como un participante digno en su compañía exclusiva de amantes apasionados me dio una sensación de orgullo y satisfacción. Estaba ansioso por entrar en este mundo oculto y explorar los secretos sensuales que me esperaban.